Llevamos tres elecciones: Galicia, País Vasco, europeas, en las que la conclusión es la siguiente: el PP obtiene triunfos raspaditos gracias a la desastrosa situación y a la impeorable gestión de los otros, y al día siguiente sale Rajoy en la prensa diciendo que el éxito confirma la validez de su estrategia y de su táctica, salidas, claro, del congreso del partido en Valencia, donde él hizo de Ceaucescu. Donde realmente se vio que lo que fuese que saliera de Valencia era un dislate fue en Cataluña, donde la autoridad que le acababa de dar el congreso le hizo sentir autorizado a una intervención caciquil que apartó a Daniel Sirera y a Montserrat Nebrera y confirmó el continuismo en la persona de Sánchez Camacho, para que el PPC no levante vuelo jamás de los jamases.
Por eso en el PSOE, que hace rato que pasa de afiliados, están tan contentos: porque estas elecciones no significan nada. Aunque al sonriente le dé vergüenza haberlas perdido y se encierre en su palacio a llorar con la cantante. No significan nada de cara a las generales, donde la gran masa del pueblo –como decía una canción populista que adornó mi infancia, la Marcha Peronista– sí saldrá de casa a votar al PSOE. (De paso: si alguien necesita una prueba de que a los socialistas les traían sin cuidado estas elecciones, ahí tienen al cabeza de lista, cantautor y dibujante ocasional que uno de estos días nos sorprende con algo en Bellas Artes).
Que no se engañe al amigo Rajoy: no es que el congreso de Valencia esto o aquello: es sólo que los demás son peores.
Horacio Vázquez-Rial
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3 comentarios
Horacio Vázquez-Rial y "el estandarte azul", tal para cual. En época de crisis, los pesebres encogen.
Te den, facha.
Jajajaaj, te ha visitado un tolay.
Venía a decirte que me reafirmo de que tienes un gran blog y que desde luego das buenas puntillas.
Estoy de acuerdo en que Rajoy no es líder de nada.
Cuando fue ministro no pasó de ser uno más, pero en nada destacó.
Abrazos.
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